En todo el mundo, la falta de acceso a la educación sigue siendo una barrera que limita el desarrollo de millones de niños y sus comunidades. Su labor no solo cambia vidas al abrir puertas hacia un futuro con más oportunidades, sino que también fortalece a las comunidades y contribuye al desarrollo de El Salvador.
La educación es clave para romper ciclos de pobreza, reducir desigualdades y construir un mejor mañana para todos.